viernes, 5 de agosto de 2011

Y AHORA LA SERIE...


Siglo XXI; nuevas reglas para el cine. El Señor de los Anillos abre la veda de las trilogías. La gran mayoría de sagas se encargaría de emborronar el invento. Muchas ganas de ganar dinero y poco que contar. Llega el 3-D y Avatar marca el camino de lo que parece el futuro de la industria. La sala se convierte en protagonista: espectacularidad, más grande, más bonito, más ruidoso. Al rico topicazo buenrrollero, oiga. Vender, vender, vender. De contar buenas historias, pasando.

Había unos cuantos que llevaban tiempo haciéndolo a su manera. Los Soprano. Six Feet Under. Band of Brothers. Joder, ni nos habíamos dado cuenta de que ya habían recogido el testigo hace años. The Pacific. Deadwood. The Wire. El testigo del AUTÉNTICO cine. Con Boardwalk Empire dieron otro paso adelante y el propio Scorsese (AKA Dios) rodó el piloto. Ahora Juego de Tronos: George R. R. Martin y Fantasía medieval. Ni 3-D, ni trilogías ni nada. Con permiso de Pixar, la bendita HBO es el presente y el futuro. Películas por capítulos, ese es el nuevo cine.

Lo tiene todo. Un diseño de producción apabullante, un tono visual digno de la mejor película de fantasía, un nivel altísimo en las actuaciones (así como un total acierto en el casting de los actores) y una historia que te va a tener en vilo desde el primer capítulo. Y por supuesto, unos títulos de crédito sencillamente geniales. Para qué andarse con rodeos. Esto es cine, con mayúsculas. Juego de Tronos: una película de (Dios quiera que) siete temporadas a razón de 13 capítulos por cada una. ¿Qué más se puede pedir?

Como:

a) George R.R. Martin cierre su saga de Canción de Hielo y Fuego.
b) Sea adaptada en su totalidad por estos monstruos.

Vamos a tener una de las mejores series (o Películas por Capítulos) de la historia. Ahí queda dicho. Al loro con el invierno en Winterfell. Parece que va a venir cargadito. Ya veréis.


La Balada del Trono de Hierro
Érase que se era en un tiempo remoto,
Siete Reinos dominados por un solo trono
Un Trono de Hierro, que muchos ansiaban
Y por sentar sus nalgas en él, conspiraban y conspiraban...

Se conquistó antaño con sangre y valor
Para derrocar al loco y cruel rey dragón
En su demencia quería ver el mundo arder
En recompensa, un león le apuñaló al amanecer

Ahora un soberano ciervo ocupa su puesto
Ciego de vino, de putas y añorando el tiempo
De cuando sus puños blandían el acero
En lugar de engordar, asido a un cetro

Su Mano derecha ha fallecido misteriosamente
Ha de reemplazarse, ¡inmediatamente!
Por alguien insigne en quien pueda confiar
Y el enigma de su predecesor quizás desvelar...

Señor de Invernalia, noble, justo y lleno de honor
¿Será lo bastante sagaz para descubrir el complot?
En una corte de sombras, traidores y leones voraces
¿Cómo, por los Siete Dioses, resistir tales lances?

Mientras, los últimos dragones se alían a diario
Con guerreros jinetes, salvajes y temerarios
Para recuperar lo que era suyo por herencia
Y volver a coronarse entre sueños de grandeza

Pero no era todo esto lo más grave que pasaba
Sino que tras el Muro, fuerzas ocultas despertaban
Una horda inmortal que arrasa toda vida a su paso
Y convertirá los Siete Reinos en un cementerio helado

Lobos y leones, ciervos, caballos y dragones
Enanos, tullidos, guerreros, bastardos o señores
Putas, reinas, esposas, madres, amantes
No hay diferencia cuando el acero rompe la carne

¿Quién entre todos se alzará en el Trono de Hierro?
Tras la batalla, ¿Quién quedará vivo para verlo?
¿Y qué importará, en verdad, todo esto?
Si al final, el único que reina es el Invierno.


JUEGO DE TRONOS: ALEX DE LA IGLESIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario