jueves, 24 de septiembre de 2009

A PARTIR DE 9 AÑOS.... RECOMENDAMOS


Humo, de Antón Fortes y Joanna Concejo

Humo,de Antón Fortes (texto)y Joanna Concejo (ilustración)OQO, col.
Qontextos,Pontevedra, 200836 pp
ISBN 978-84-9871-059-5

Humo, de Antón Fortes y Joanna Concejo, narra el horror de los campos de concentración desde el punto de vista de un niño. Esta perspectiva inocente (en el sentido etimológico de la palabra, también: no solo el que no tiene culpa, sino también el que no comprende el verdadero alcance de lo que está ocurriendo, porque no sabe aún) resulta muy eficaz, porque la historia de los campos es conocida de sobras y la contención la intensifica mucho más que el morbo. Tiene uso frecuente en la literatura infantil y juvenil: véase por ejemplo Qué blanca más bonita soy, de Dolf Verroen (Lóguez), aplicada a la esclavitud. Poco a poco, el niño irá comprendiendo, aunque el momento de morir en la cámara de gas, todavía tiene preocupaciones como la de que no lo riña su madre.
Así comienza la historia:

El tren lleva muchos vagones, no es como el que tomábamos para ir a la playa.

En la estación hay gente con maletas.
Vamos en fila, en silencio.
Los soldados vigilan.

Encima del portalón de entrada veo un reloj grande, altavoces y focos.

La luz me lastima los ojos.
Los perros ladran, aúllan.

En una hilera quedamos mamá y yo; papá, en otra.

Nos toca en la casa número 48.

Papá no está.

Hay literas viejas de madera, con paja.

Dormimos abrazados, apretados por los demás.

Echo de menos mi habitación azul, pero no digo nada.


La historia, expresiva pero siempre comedida, cobra especial fuerza en contraste con las imágenes, estampas de lápiz y bolígrafo sobre fondo ocre, sin apenas color. Se colorean detalles, como las sombras rojas de los soldados, recuerdos azules, el agua y el cielo, pesadillas verdes; destacan, por contraste, dos campos de flores (un encuentro fugaz con el marido, tras la valla, y los campos exteriores al Campo), y la negrura casi impenetrable de la cámara. No hay concesiones, pero tampoco tremendismo; con cierta frecuencia, las imágenes adquieren valor metafórico: así, los soldados son águilas y entre las patatas veremos cabezas cortadas.


Parte de los derechos del libro se ceden a la ONGD CREART.

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